lunes, 9 de diciembre de 2013

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Cae la noche buscando su corazón en el océano
La mirada se agranda como los torrentes
Y en tanto que las olas se dan vuelta
La luna niño de luz se escapa de alta mar
Mira este cielo lleno
Más rico que los arroyos de las minas
Cielo lleno de estrellas que esperan el bautismo
Todas esas estrellas salpicaduras de un astro de piedra lanzado en las aguas eternas
No saben lo que quieren ni si hay redes ocultas más allá
Ni qué mano lleva las riendas
Ni qué pecho sopla el viento sobre ellas
Ni saben si no hay mano y no hay pecho
Las montañas de pesca
Tienen la altura de mis deseos
Y yo arrojo fuera de la noche mis últimas angustias
Que los pájaros cantando dispersan por el mundo

Reparad el motor del alba
En tanto me siento al borde de mis ojos
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Fragmento de "Canto I", de "Altazor"; Vicente Huidobro

8 comentarios:

  1. Parece que le has puesto un filtro rosa a la cámara, ya se que no, han quedado preciosas :))

    Besos y salud

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    1. El filtro lo llevaba el mismo cielo, ☺)
      Besos y salud, Genín

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  2. Apreciar con la mirada tanta grandiosidad y que las imágenes penetren.Un beso

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    1. Lo cierto, Fio, es que notabas como te penetraban…
      Besos, uruguaya

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  3. Qué privilegio, Carmela, asistir a esa entrada y capturar lo que ese portal abierto deja salir.
    Algo tan tan bello que parece de otro mundo. O de este, cuando nos hace estos regalos.
    Un abrazo

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    1. Sí que lo fue Betina, algo impresionante. Un portal, como bien dices, que que nos mostraba una verdadera maravilla, que por otro lado está ahí, a nuestro alcance si tenemos tiempo de fijarnos.
      Un abrazo

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