lunes, 19 de mayo de 2014

Que crece mar

El  espacio del encuentro                 
pero cuando quieren hablar las palabras se vuelven aire alado
                  intentan entonces otro lenguaje con la piel e inauguran las manos
paisajes inéditos
                 quedan sumergidos en la secreta red de las caricias
                 su amor es jardín que crece mar ensanchándose en círculos
concéntricos
                 se miran para comprobarse reales en la única realidad que admi-
ten: la piel de uno entra en el otro se guardan uno dentro del otro se ate-
soran se sueñan se funden uno al otro los dos cuerpos forman otro que es
los dos y es ninguno cuerpo nuevo del encuentro alumbrado en la dura-
ción infinita del instante que sólo allí se nombra tres nombres responden 
a tres cuerpos un cuerpo solo para un solo nombre


(de La Casa de la Piedra Negra, 1983; de Jorge Arbeleche)

10 comentarios:

  1. Los nombres que se convierten en un solo nombre son más peligrosos que la marea viva. Un beso, Carmela.

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    1. Creo que si un solo nombre, responde a ese instante infinito, no puede ser peligroso, Maryshelley, solo que a menudo es inmombrable.
      Un beso!!

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  2. Hace un efecto curioso: mientras leía el texto se iba moviendo el agua ligeramente, como si fuera real. La verdad es que acoplan muy bien.

    Besos, Carmela.

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  3. Esa fusión increíble de la carne...
    Besos y salud

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    1. Fusión de la piel en una sola piel, de dos cuerpos en un solo cuerpo, de dos en uno...
      Besos y salud, Genín.

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  4. Bonitas hondas y exquisito poema! Besos!

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  5. Se funden también foto y poema. Me quedo con ese tercer cuerpo...Un beso

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    1. Instante infinito que le da forma, :)
      Un beso, uruguaya

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