martes, 12 de agosto de 2014

Releernos.


Llega siempre un momento en nuestra vida que tenemos que detenernos y releernos, y esa lectura debemos hacerla desde fuera, como un lector ajeno a nuestra propia obra, al libro repleto de hojas escritas que es nuestra vida. Y como tal espectador, leer el texto completo sin saltarnos aquellos párrafos, incluso capítulos enteros, que querríamos eliminar de un tajo. Releer detenidamente todos los momentos descritos: los buenos, los malos y también los menos buenos y los menos malos, ya que todos ellos interactúan y conforman el verdadero relato. Y llegar hasta el final, que este caso no es final sino punto y seguido, y entonces, como buen amante de la lectura, ser capaz de analizar la obra completa: lo que nos ha gustado y, lo que no  pero que es y que ha sido parte de ella  y que ni el mismo autor podría eliminar sin destrozar su propia obra. Y entonces, volver a convertirnos en la tinta de nuestras hojas aún en blanco.

25 comentarios:

  1. Es curioso, en realidad llevo años releyéndome o algo que se le parece a eso, analizando mis recuerdos, sin rechazar ninguno por malo que sea, me da la impresión de que es algo que no finaliza mas que con la muerte, llegan constantemente, todos los días... :)
    Besos y salud

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy segura de que en tu caso, es así, Genín. Pero te digo que no es algo fácil ;-)
      Besos.

      Eliminar
  2. Los seres humanos estamos hechos de una pasta que nos dificulta ver la verdad crudamente, por eso nuestros recuerdos están absolutamente maquillados y dulcificados.
    Porque recordar (releer) es volver a vivir y ¿quien quiere revivir el dolor?.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pienso que nadie quiere revivir el dolor; pero es imposible no hacerlo, es una huella indeleble que llevamos.

      Un beso.

      Eliminar
    2. María Jesús, creo que por un lado, es cierto que dulcificamos los recuerdos en nuestro día a día, y creo que incluso es un buen mecanismo de autodefensa para poder seguir. Nadie quiere estancarse en los malos recuerdos y sufrirlos de nuevo. Pasamos de soslayo, sin querer profundizar en los malos recuerdos. Pero incluso, a veces, hasta hay buenos momentos que por sus repercusiones queremos evitar, eludirlos como si no fueran nuestros. Se que es difícil entender esto último que digo sin explicarlo detenidamente.
      Yo me refiero, no al continuo mirar que hacemos queramos no hacía atrás, sino a una lectura más detenida y profunda, y difícil. Una lectura casi ajena y que pienso que requiere un esfuerzo tremendo, pero que al menos para mí, resulta vital en un momento determinado, y no se trata de revivir el pasado y volver a sufrirlo. Y requiere una completa objetividad, que quizás es lo más difícil.
      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Algo que hago continuamente y hasta demasiado, creo.

    Tal vez por ser demasiado controladora (lo que descubri haciendo este tipo de ejercicios), estoy continuamente analizando todo; y por mas que quiera seguir adelante sin mirar atras, no lo logro.

    Creo que seria mas sano seguir sin mas, solo recordar aquello positivo, los buenos momentos, pero me resulta imposible; alguien sabe hacerlo?

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cheli, aunque pueda parecerte contradictoria, creo que debemos intentar seguir siempre sin detenernos continuamente en el dolor pasado, mirar hacía delante y centrarnos en lo que vivimos, pero tambien creo lo que digo en el texto, es decir, hay un momento e que debemos, no mirar de hurtadillas hacia atrás, sino pararnos en seco y mirarlo de frente y ver todo tal y como fue. Tal cual. Lo bueno, lo positivo en un buen acelerador, pero hay cosas no tan buenas por lo que nos supuso en su momento, que vistas después, pueden llegar a ser positivas.
      Un abrazo,

      Eliminar
  4. Releer o retomar la lectura propia e intima de nuestras propias vivencias, buscar las faltas ortográficas de nuestros comportamientos o revisar la puntuación exacta para de algún modo haber hecho posible el poder haber cambiado algo de la entonación de alguna tristeza redundante...
    Que mas quisiéramos poder resaltar los brillantes episodios de nuestro mejor cuento o reescribir de algún modo menos oscuro las frases que tantas veces nos acompañan como textos memorizados y tatuados en la piel...

    Brillante escrito amiga!
    Decidor como nuestras historias...

    TQM

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lía, me alegra verte. Es así como dices, textos memorizados y tatuados en la piel, unos para bien y otros para mal, y ambos grabados y formando parte ya de nosotras mismas. Pero creo que a veces olvidamos el contexto de ambos y solo vemos lo bueno o malo de esos momentos concretos sin recordar el resto del texto que le rodea. A esa lectura es a la que me refiero y que creo que en un momento dado, tenemos que hacer.
      Me alegra ver cómo sigues en ese camino que no hace mucho emprendiste :)
      Un abrazo grande.

      Eliminar
  5. Lecturas de esas que a veces se atragantan.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. O, no, Blue, y jajaja, no estoy como diría Genín, siendo gallega. Releer por releer no es bueno y como bien dices a menudo es un texto infumable y sin sentido. Creo que no estuve muy certera en explicarme, o si pero a cada uno le llega ese momento y es entonces cuando se relee ;-)
      En cualquier caso, Bicos!!

      Eliminar
  6. Reconocerse en aquello, con lo agradable y no tanto que puede tener...hace mucho bien. Aceptarse con todos los matices. Un beso.
    P.D- Segundo intento de dejar comentario.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé que le pasa a blogger, uruguaya, pero está haciendo un poco lo que quiere :)
      Reconocerse desde fuera es siempre muy bueno y complicado, no?
      Besos muchos.

      Eliminar
  7. Interesante reflexión. El problema estriba en analizar objetivamente nuestros propios actos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Nómada y bienvenido a esta parte del planeta. Sí, realmente resulta difícil analizarnos objetivamente y siempre tendemos a salvar nuestras acciones y justificarlas. Por eso es bueno, aunque complicado, salirnos de nosotros mismos y leer la obra como si fuera de otra persona. Fácil?, en absoluto y pocas veces lo conseguimos.
      Saludos!!

      Eliminar
  8. Decía que es un buen ejercicio esto de releernos y brindarnos un tiempo de reflexión para poder evolucionar. Momento necesario e ineludible, a veces... En mi caso siempre he sido muy autocrítico; pero también he aprendido a ser indulgente. Es que... muy pocos escriben el mejor libro de sus vidas al primer intento.

    Un abrazo, Carmela!

    PD: Espero que el rumor de las olas te permita releer con mayor tranquilidad...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Sinuhé!!. Ser indulgente con nosotros mismos, tarea nada fácil muchas veces y que creo que es tan necesario tanto como ser crítico. Siempre hay y habrá renglones torcidos y no me creo que nadie no los tenga, de hecho no creo que sea posible. Pero esos renglones, son y están y no debemos borrarlos como si no fueran de nosotros, no? Y más difícil de entenderme, lo sé, es no borrar ciertos renglones derechitos y bien escritos, pero que podemos querer obviar o pensar que fueron escritos sin sentido.
      De momento, no ha sido psible demasiados rumores de olas en mi orilla, las cosas se complicaron un poco, pero espero poder retomar esa sanísima costumbre y disfrutarlas a tope antes de volver de nuevo al curro.
      Un abrazo enorme desde esta orilla.

      Eliminar
  9. Disculpe mi ausencia, eh? Mientras yo intento hacer lo mismo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sabes que no son necesarias las disculpas, vamos y venimos....pero estamos :)
      Otro abrazo!!

      Eliminar
  10. ...Y profundidad!

    ¡Sencillamente!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces nos perdemos intentando complicar las cosas, no?. Y están ahí, en la superficie.
      Un abrazo, Ernesto.

      Eliminar
  11. Ciertos renglones derechitos y bien escritos que escribimos como si nos los hubieran dictado, que no dejaron espacio para otros renglones que sabemos que hubieran sido los más profundamente sinceros, los más vitales, los más geniales quizá... ¡Duele tener que reconocer que las mejores estrofas se perdieron en el tiempo...! Solo nos queda seguir buscando la mejor forma de rematar relato...

    ResponderEliminar
  12. Hola, Sinuhe, me alegra leerte. Nuestro libro, nunca debiera parecerse a un tomo de la enciclopedia, eso si que suena a algo dictado. ¿recuerdas los cuadernos de nuestros primeros años de escuela?, esos que aunque llevaran lineas marcadas, siempre nos salían las letras por encima o por debajo. Ese es nuestro verdadero libro, el que de verdad cuenta lo que somos. Creo que solo se pierde en el tiempo, aquello que no nos atrevemos a escribir, lo que intencionadamente no trascribimos. Y creo que es una equivocación no hacerlo. Un autoengaño.
    Lo mejor es que por delante quedan páginas en blanco..... que tenemos que seguir escribiendo. No crees?
    Te mando un fuerte abrazo!!

    ResponderEliminar
  13. “...Creo que no estuve muy certera en explicarme, o si pero a cada uno le llega ese momento y es entonces cuando se relee ;-)”

    Hola Carmela, hola a todos, el comentario de Sinuhe y tu respuesta me ha hecho volver a releer tu texto y todos los comentarios al mismo. Y he de señalar lo que tú misma ya sabes: has estado extremadamente certera. O dicho de otra manera: te expresas con gran naturalidad!

    “...y que ni el mismo autor podría eliminar sin destrozar su propia obra. Y entonces, volver a convertirnos en la tinta de nuestras hojas aún en blanco.”

    Sabes amiga, te ha quedado magistral la frase, tal vez el texto en sí. Pero en ese punto y seguido, cuando se da con la sencillez que relatas, suceden, pueden suceder, otras cosas. Que la obra, el libro, el autor, la tinta y las hojas en blanco se diluyan de una vez... Olas de nuestra vida al fin y al cabo, y aparezca el Océano que realmente somos.

    Un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Hola, Ernesto, me alegra que vuelvas por estas líneas. Decía lo de, no muy certera, porque al leer los comentarios pienso que igual no se entiende bien lo que quise decir. Quizás lo más acertado es decir que es un texto que me digo a mí misma, y también que, lo mas hermoso de los textos, son sus múltiples lecturas, no?. También creo que nuestro libro, nuestra obra, como bien dices, evoluciona día a día, y quizás más que diluirse lo que ocurra es que al final, el texto, tenga otra lectura, otro enfoque. En cualquier caso, somos océanos y las olas que van y vienen nos moldean, nos acompañan, pero lo importante es la inmensidad de ese mar, de esa agua que somos. Me alegraron tus palabras.
    Otro gran abrazo, para ti.

    ResponderEliminar