Darnos desde ese lugar en el que
somos realmente
Ese lugar en el que podemos decir en
voz alta lo que queremos
lo tengamos o no
lo consigamos o no
Ese lugar donde el olor del cilantro
nos empapa las manos
donde el aire puede convertirse en
viento
y el agua en aguacero
Donde lo que queremos lo deseamos
por encima de todo
y buscamos con avidez nuestro propio
goce
Ese lugar desde el que miramos a la
vida cara a cara
convencidos de que todo puede ser
sea o no
suceda o no
Ese lugar, al fin, desde el que
realmente podemos amar.
Tu lugar, nuestro lugar. Todo tenemos reservado un sitio, sea real o en la intimidad de nuestro pensamiento. ese sitio nos pertenece, es nuestro templo sagrado, nuestro escondite salvador, donde nos reponemos de las fatigas físicas y psíquicas que genera el vivir.
ResponderEliminarBesos miles poeta.
Así es, Isabel, al menos para mí. Necesito mi sitio, mi lugar propio donde me siento verdaderamente yo y a donde acudo cuando el exterior me ahoga, o simplemente a sentir y estar. :)
EliminarMil besotes para ti, y enhorabuena otra vez por tu libro!!!!
¡qué maravilla! Letra y colorido.
ResponderEliminarGracias, María Jesús, me alegra, ya lo sabes, que te guste.
EliminarUn abrazo!!
Ya estás en el nirvana, Carmela. Son las cosas del yodo y el salitre, que drogan, ¿a qué sí?
ResponderEliminar¿A que si te quitan de ahí enfermas?
Besos.
jajaj Blue, no voy a decirte que no, para mí es indispensable y lo necesito para estar bien, ;)
EliminarNo concibo vivir lejos del mar, creo que a ti te pasa igual, no?
Bicos!!
Siiii, lo mismito, jaja.
Eliminar:))
EliminarComo dice la canción..."cuando nadie me ve, puedo ser o no ser"...Un beso
ResponderEliminarQue folclorica te veo, uruguaya, jajajaja, ya andamos más cerquita, eh!! apenas tres horitas, no?
EliminarBesos muchos.
Donde somos plenos... Un abrazo.
ResponderEliminarSomos...... y somos plenos, ;-)
EliminarUn abrazo, Darío.
Bellas esculturas del mar!
ResponderEliminarBesos!
El mar, ese gran escultor....
EliminarUn beso!!