Invenciones del
viento (Paulina Vinderman)
Pertenecer. Pertenecerse. Un lugar para
estar y un lugar para morir. Sabíamos sin decirlo cuál era el lugar y la
cantidad exacta
de aire que había que aspirar para llegar a
él.
El viento era el amo, pero era sabio y fuerte
y si nos estrujaba demasiado, aún como muñequitos tambaleantes de papel pintado
cruzaríamos el río.
Pequeños dioses de viento y de papel. ¿Por qué
nos abandonaron? La poesía era el lugar y sigue siéndolo aquí. Pero este llano,
este desierto... Yo no soñaba sino con pinos
dorados. Yo pensaba en romper la música y dibujar con palabras el aliento
de los pinos.
Pertenecer. Pertenecerse.
Obtener agua y continuar ensombreciendo el sol
con las verdades. Sobrevivir. ¿Es esto lo que queríamos? Queríamos vivir,
no sobrevivir.
Y qué es el poema sino un puñado de pájaros
muertos en la mano.
Y qué es el poema sino un disparo al sol desde
detrás de un peñasco de colores.
Y qué es el poema sino sobrevivir entre
piedras calcinadas y antiguas.
El laúd está roto y el viento escapó desde el
agujero preciado en que lo reteníamos. Hay que inventar un viento.
Hay que inventar un agua
en la garganta.
Hay que encontrar esas
voces pequeñitas que deambulan por los desiertos como notas escapadas de un
pentagrama enrejado, envejecido.
Pertenecer. Pertenecerse.
Es esto todo al fin cuanto queríamos.
Un silencio incompleto.
Un lugar de ceremonias sencillas y perfectas. Sólo falta que inventemos un
viento.
Me ha estremecido su lectura. El poema como "un puñado de pájaros muertos en la mano"... Qué de imágenes en estas líneas, cuánta evocación.
ResponderEliminarGracias por esta belleza, Carmela.
Tu foto es sublime.
Abrazos siempre.
Todo el poema es un estremecimiento, Isabel, y un mapa de imágenes perfectas, que evocan y contienen todas los sentimientos que tan magistralmente nos muestra Paulina Vinderman.
EliminarAbrazos, para ti, Isabel.
Sin palabras, puro sentimiento.
ResponderEliminarBesos.
Cuanto tiempo, Cheli!!, me alegra verte de nuevo. Si, sobran las palabras ;-)
EliminarUn beso!!
Hola Carmela, he de reconocer que impacta este poema. No siendo de poesía no tengo muchas palabras para describir mucho más. Pero si en algún momento valoro ésta en lo que realmente es y expresa, es siempre en momentos como estos...
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Hola Ernesto, siempre me alegra verte por aquí. Me alegra saber que te llega el poema, creo que a pocas personas lo deja indiferente. Tiene una gran fuerza.
EliminarUn abrazo.
Ya, pero lo malo es que no siempre tenemos a quién o a que pertenecer, aunque suene idiota... :(
ResponderEliminarDe momento yo me sigo derritiendo por dentro con tus fotos :)
Besos y salud
Bueno Genín, entiendo lo que dices, pero no olvides tú tampoco que siempre nos debemos a nosotros mismos esa pertenencia y creo que es muy importante. Me alegra que te gusten las fotos...por algo eres mi fan número 1, no lo olvides...eso me pertenece ;-)
EliminarUn beso grande y salud.
Alquimia detrás de un lugar, el que hace incompleto el silencio. Un poema es también ese puñado de pájaros muertos y también de los que nacen y vuelan, cerca, lejos. Un beso
ResponderEliminarMe gusta tu lectura, Fio, y sí, creo que todos los pájaros caben en sus renglones, en el del poema.
EliminarBesos, uruguaya.
Pues si, a mí me hubiera encantado también inventar un viento, un airecillo aunque fuera.
ResponderEliminarY tú andas reinventando cielos, qué maravilla de imágenes y qué de ellos!! Me quedo un buen rato contemplandolos.
Un beso
Todos debemos anhelar inventar ese viento, Marga, buscarlo al menos, y me parece a mí que tú no andas muy lejos de ello, no?
EliminarEl cielo en otoño es especial, hermoso y tremendo. Me encanta que te quedes por acá.
Besos movidos.
Yo también venía a decir lo mismo que Isabel, ese "y qué es el poema sino un puñado de pájaros muertos en la mano." me parece tremendo. Pero todo el texto me encanta.
ResponderEliminarBesos, Carmela.
Si que es tremendo, Blue, creo que casi todos pensamos eso. A mí me encanta también, enterito ;-)
EliminarBicos, Blue.
Pájaros muertos en la mano.
ResponderEliminarO en la lengua.
Besos.
O en el corazón, Toro.
EliminarUn abrazo.
Preciosa foto, una deliciosa fusión de los cuatro elementos, el fuego en aire, el aire en agua y el agua en tierra.
ResponderEliminarbesos!
Que bonito lo que dices, Leovi.
EliminarBesos