sábado, 20 de febrero de 2016

Vuelta sobre vuelta.

Y otra vuelta
que se crea a sí misma
eterna y pasajera
sobre la senda azul.
Y así, vestida de viento
y aderezada de espuma,
oteará el horizonte
buscando tus velas,
y al no encontrarte,
con el sonido eterno
que siempre te nombra,
se hará de nuevo mar
confinando en sus entrañas
la luz más secreta
cobijo de sueños
y llave de su eternidad,
que volverá de nuevo
a abrir esa puerta
donde todo un mundo
te-ansia
y  te-espera.

10 comentarios:

  1. Este poema es una preciosidad.
    Un regalo para el corazón.
    Te felicito.

    Besos.

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    1. Me alegra que te guste, Toro. Al fin, es lo que somos, no?, olas que nos desplazamos por el mar que nos contiene y nos hace, empujadas por distintas fuerzas y qué mejor brújula que el corazón para guiarnos y marcar nuestra senda. Y qué mejor motor que nuestros sueños para hacernos resurgir y levantar, una y otra vez.

      Besos, Toro.

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  2. Eres viento, mar, ola, luz. Eres Carmela, mirada libre, corazón libre, sentimiento cálido.
    Creo que ya no hace falta que te diga que me ha gustado.
    Un beso enorme, querida Carmela

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    1. Y yo qué te digo, :) Gracias, Isabel, eres un encanto.
      Otro beso enorme, para ti!!

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  3. ¡Qué belleza de poema! Siempre que leo este tipo de poesía me acuerdo mucho del mar cantábrico y de sus olas, y de lo hermoso y peligroso que es aún cuando lo ves calmado.

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    1. Gracias, Holden. Debe ser hermosísimo ese mar, estoy segura de ello.El mar me fascina, eso creo que está claro, jajaja, pero sabes, me impone un grandísimo respeto, tanto cuando está clamo, cuando muestra su mayor furia.
      Un abrazo, Holden.

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