martes, 22 de marzo de 2016

Querida amiga,









 Quizás la frase que mejor defina la relación que se creó entre nosotras fue (y la pongo literalmente, como fue, sé que no te importaría), “Carmela, querida: Sé, lo sé desde siempre.”. No escribiste, desde el principio, que también hubiera podido ser, sino, desde siempre. Y es el tiempo empleado el que la define, el que le da su valor y yo me entiendo.


Las relaciones que se establecen entre las personas son tan extrañas como significativas, aunque  nunca sepamos el por qué. Cada día estoy más segura de que no existe la casualidad. En un momento dado las personas nos encontramos, se establecen relaciones, pero con el tiempo solo se quedan los que entienden nuestra alma, los que nos ven de verdad, aquellos a los que se atrapa y los demás se van. Y es algo que ocurre en las dos direcciones. De una hacía los demás, y de los demás hacía una.

Aún recuerdo tu invitación: Me encantaría una larga carta, a lápiz, como me gustan. Respondiendo a todas las preguntas que yo nunca haré, pero que tu sabes que están en mi cabeza. Las mismas preguntas que tu harías. Las que se responden solamente a quién nos da la gana. Las que a, a veces, tenemos necesidad absoluta de contestar, sin que nadie nos haga, por el placer de hablar y soltar lastre... Y así se selló nuestra amistad, con cartas, con cartas que tanto te gustaba recibir.

Y por eso, es lo que hago hoy, escribirte una carta, porque hoy es tu día en los blogs de todos tus amigos, un día de esos de los que tantos disfrutabas en tu casita virtual,http://paradeladecoles.blogspot.com.es/ , no solo por el hecho en sí que propusieras: una foto, un poema, un recuerdo… sino por la maraña de relaciones que creabas, por el clima maravilloso que creabas entre personas y del que tanto disfrutabas. Y no se me ocurre una forma mejor de recordarte o de dedicarte que mandarte una carta. Una carta de esas que tanto te gustaban recibir en la que quiero recordarte todo lo que provocaste en mí, lo que sin tú siquiera saber, o sí creo que en el fondo lo sabías, me provocabas. Y creo que ese provocar, ese hacer sentir a una, es lo que realmente da valor a las relaciones. Sabías escuchar, algo tan difícil aunque no lo parezca. Y aunque muchas personas crean que saben hacerlo o que lo hacen, es algo que se posee o no, y tú lo tenías. Como tú misma decías, tengo las orejas pequeñas, pero para escuchar parecen las de Sinde… cuanto nos reíamos con eso y qué cierto era. Y, como si nada, como si fuera lo más natural del mundo, desatabas todo un mundo de preguntas a una misma, todo un mundo de palabras, habladas o no, de ansia de saber, de búsqueda, de respuestas. Un ansia continua de crecer, la esencia, la única manera de crecer conscientemente.

Creo que lo que realmente define a alguien, es lo que nos provoca, lo que nos hace sentir a una misma, lo que hace que nos miremos y nos veamos. Y tú eras experta en eso. No se me ocurre otra manera mejor para dedicarte una entrada que decírtelo y decirlo. Me provocabas mirarme y verme y así ver mejor y más al mundo y a las personas.

Y una foto para subir hoy, ahí me pillas de lleno, jajaja, porque todas te gustaban, mas o menos, porque eso se notaba, pero de todas te gustaba algo. Pero me voy a decidir por algo de lo que eras apasionada, algo que destilabas siempre y era tu amor: tu saber disfrutar de la Naturaleza, de la tierra, del mar del aire, de la Naturaleza de la que te sentías parte y de la que disfrutabas como una enana, (permíteme la expresión). Las plantas, arboles, arbustos, hierbas, hierbecillas…. todo lo que nace de la tierra lo adorabas y la misma tierra, el mar, el sol, el agua, la arena….. Pero no una, te subo un montón, tantas que puedan llegar a aburrirte.

Y poco más que pueda decirte o expresarte que tú no supieras ya. Simplemente decirte que te quise, te quiero y que siempre te querré y que sabes que hay huequitos exclusivos en el alma, que siempre permanecen, y que tú tienes el tuyo, tu huequito (como te gustaba decir), en la mía. Y recuerda: Y da un calorcito especial saber que hay alguien ahí...

Un abrazo, amiga.