sábado, 18 de diciembre de 2010

Insomme.


 



 
No puedo dormir. Amanece y sigo echada en mi cama con los ojos abiertos e insomnes. Me siento sola y algo perdida -como tantas veces- y, en el silencio de tu ausencia, los recuerdos hacen tantísimo ruido que no me dejan conciliar el sueño y paso las noches en círculos de pensamientos juntando los recuerdos y las palabras: los restos del naufragio.

 
Recuerdo que una vez me dijiste que no hay manera de irse del amor y he podido comprobar cuánta razón tenías. Entraste en mi vida y la llenaste en todos sus rincones y, todavía hoy, puedo recordar cómo me gustaba oír tu risa dentro de mí, escuchar tus trozos de vida que se iban quedando alojados en mi propio recuerdo, creando recuerdos comunes que me hacía quererte aún más; también recuerdo que me dijiste que era imposible separarnos, dejarnos, porque nos habíamos leído por dentro. Pero, ahora, me encuentro sola, sin ti, releyendo esas páginas que escribimos juntas, recordando aquellos días en que lo normal era contarnos cómo nos sentíamos, qué cosas nos costaba o no nos gustaba, cómo estábamos en cada momento, que pensábamos...., y se me hace tan extraño recordar cómo pensábamos que lo normal era estar para la otra, cada día, buenos y malos, para el llanto, para la risa, a veces sin hacer nada, sin pensar nada, el mimo por el mimo, simplemente estar por estar ante la felicidad.

Te dejé ver la fragilidad perenne de mi alma, enmascarada por la fuerza que algunos días buenos también aparece, te mostré el mayor miedo que se aloja en el corazón de alguien que vive creyendo en el abandono, arropada por la promesa de permanecer siempre, y cuando logré la fe necesaria para creer en alguien como en mi misma, cuando por fin saqué las fuerzas para actuar, porque tenía sentido y coherencia a algún nivel, porque era lo siguiente que había que hacer y el alma me lo decía, cuando más creía en algo, la vida se detuvo y me abofeteó, me di de bruces con la realidad y comprobé que sólo fui algo necesario. 

Y ya no quiero dar nada a nadie ni esperar nada de nadie. Me encuentro vacía y ausente de mí misma, tan frágil y tan poca cosa que necesito mirarme dos veces para hallarme y, al mismo tiempo, tan necesitada de ti que lo único que me consuela esta noche es pensar que te abrazo como si me abrazara a mí misma. Y solo quiero cerrar los ojos y que todo desaparezca de mi memoria, aún sabiendo que no lo voy a lograr lo intento tenazmente, pero solo consigo recordarlo aún más y mis ojos siguen insomnes una noche más. 


(imagen sacada de la Web)

16 comentarios:

  1. Lo importante de los naufragios es, en primer lugar, salir VIVOS de ellos.
    Todos los náufragos encuentran, después de debatirse con las olas, una isla. Una isla solitaria y, aparentemente, desesperante. Y según va pasando el tiempo la isla se hace habitable, incluso apetecible y descubrimos que podemos vivir , felices, con muy poquito.
    Entonces nos dará miedo que la isla desaparezca y buscaremos otro habitante de otra isla, porque siendo dos, parece que hay más tierra y es más difícil que se hunda en el mar...y llega un nuevo naufragio...pero, para entonces ya conocemos el proceso...
    Lo siento, parece cínico, pero es tan real...

    ResponderEliminar
  2. Algunos días tambien me siento así, otros intento sobreponerme y los menos incluso llego a conseguirlo. Me ha gustado, mucho.
    Un beso Carmela

    ResponderEliminar
  3. Lo del incendio fue real: empezó a arder el conducto de la chimenea y en media hora las llamas daban pavor. Pero a mi no me puede un incendio, solamente me prepara para cuando haya otro: como los naufragios (debe ser cuestión de años)

    ResponderEliminar
  4. Ojú,Carmela...un alma frágil perennemente trae consigo muchas noches y miradas insomnes...
    Lo que pasa,es que es lo que te dice MªJesús...siempre aparece una isla que habitar,que hacer agradable a la existencia...y dependiendo de la cotidianidad que necesitemos,más tarde o más temprano esa isla resultará chica o incómoda...o tal vez todo lo contrario,se haga más confortable,más íntima,...
    Achuchones inmensos...me encanta cómo explicas cositas...que en principio no son tan sencillas de contar...tiene su aquel,sí ;)

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Mariajesús, me alegra verte por aquí. Antes que nada me alegra que solo quedase en una experiencia más, y no no creo que sea cuestión de años, va con la persona. Y sí, a veces es un ciclo. Pero también dependerá de si queremos seguirlo, a veces la isla resulta apetecible, y a fin de cuentas se trata de eso, no?.
    Un beso grande y nos vemos por aquí o por tu casa!!

    Lluna, por fi viniste!!. Me alegro mucho. Y seguro que esos días menos pronto serán todos.
    Un beso y bienvenida a esta casita.

    India, ojú, jaja, ya sabes que prefiero la idea de quedarme en esa isla y acondicionarla, hacerla acogedora y ten por seguro que tendrá una habitación para tomar un té (o lo que sea).
    Un beso de los de jijiji!!

    ResponderEliminar
  7. No sé si naufragar pero viajar y si se naufraga... igual, viajar.

    ResponderEliminar
  8. Marga, la vida es un viaje eterno, y bueno una posibilidad son los naufragios, pero como bien dices, no deben deternos.
    Un beso!!

    ResponderEliminar
  9. Es lo que suele suceder cuando alguien con quien tanto compartíamos, que sentíamos tan cerca, cuya presencia nos arropaba y enriquecía tanto, desaparece de nuestras vidas. Uno siente que le hubieran arrancado un pedazo de uno mismo, que le hubieran cercenado un brazo o una pierna. Y se instala en nosotros el sentimiento de soledad aunque estemos rodeados de gente, porque hay soledades que están profundamente ligadas al enorme hueco que nos deja la ausencia de algunas personas.

    Pero es necesario sobreponerse. El tiempo es un perfecto aliado para ir recomponiendo poco a poco el miembro arrancado, para ir llenando el pedazo que nos falta. Casi de una forma imperceptible acaba por cerrar las heridas. Y aunque la cicatriz siempre quede y duela algunos días, ya no es el dolor desgarrador de los primeros tiempos de ausencia. Ni tampoco el dolor de la ausencia de uno mismo, que es en el fondo el más terrible.

    Un beso!

    ResponderEliminar
  10. Bueno, bueno, ¿qué es esto? Hay que divertirse un poco... Si la cosa no va por felices Navidades, digamos "entretenidas".

    ResponderEliminar
  11. Querida Antígona, en la mayor parte de los casos es asi, como tu lo describes y por esa situación podemos incluso pasar más de una vez y, sí terminan cicatrizando las heridas y quedando como un recuerdo que se ha superando. Pero también es cierto, que hay algunas pérdidas que dificilmente cicatrizan, se quedan como heridas abiertas que tenemos que cuidar y limpiar cada poco tiempo, no hay manera de cerrarlas e incluso no queremos que cierren, pués han significado tanto que preferimos llevarlas con nosotras de forma perenne. Es una elección que sin embargo hay que saber llevarla, cuidarla y limpiarla. Sé que es dificil de entender, que hasta que esa herida no te llega, no puede entenderse. Lo que si es cierto que esto no puede llevarse si uno no se encuentra a si mismo, si no logra recuperarse de la ausencia propia.
    Un besote!!

    ResponderEliminar
  12. Que si Tomas, que le pondremos color y luz a las fiestas.
    Me alegra verte por aquí.
    Un besote.

    ResponderEliminar
  13. Bonitas palabras, seguro que expresándolo te sientes mejor. Al final solo quedará una cicatriz, más grande o pequeña, pero solo una cicatriz... Besos

    ResponderEliminar
  14. Leovi, una vez que se empiza a hablar (aunque sea tarde) es dificíl callarse y si no es posible que te escuchen se sigue hablando de otra manera, por ejemplo la escritura.
    Supongo que cada herida tarda más o menos en cicratizar, pero si probablemente todas cicatricen.
    Me gustó leer tu entrevista.
    Un beso Leovi

    ResponderEliminar
  15. Haysss me quedo un nudito en la garganta Carme... =(
    Como te entiendo, como!!
    Espero que a dia de hoy ya lo tengas superado de la manera que fuere...

    Gracias por pasarme el link
    Un besote!

    ResponderEliminar
  16. Isza, digamos que ahora se puede mirar hacía atras sin desesperación y buscando los buenos recuerdos.
    Besos.

    ResponderEliminar