Parece que fue ayer cuando hablábamos del puente.
Ya sabes a cual me refiero, no a uno cualquiera, sino el que
antes o después todos encontramos en nuestro camino y que cruzarlo significará, ir, acercarnos o por el contrario, alejarnos. Por
tantas cosas y para tantas otras. Y si hay algo que he aprendido en el
camino, es que esa decisión, la que tomemos, cruzarlo o no, es una
elección que solo nos corresponde tomar a nosotras mismas y a nadie más,
y en la que nada ni nadie podrá asegurarnos lo que hallaremos al otro
lado, el suelo firme o el menos firme. Y también, que si
lo hacemos, si nos decidimos y lo cruzamos, ese paso tenemos que hacerlo solas,
con o sin miedo, seguras o inseguras, pero siempre con la decisión firme
tomada. Pero también puedo decirte que si al fin lo lo hacemos, si lo
cruzamos, nos lleve a donde nos lleve, incluso si paradójicamente nos devuelve
al mismo lugar, podremos entonces estar seguras de que ese es
nuestro “verdadero lugar”.
No me quedan puentes.
ResponderEliminarNi ganas de cruzarlos.
Lo uno por lo otro.
Besos.
La decisión es nuestra.
EliminarY solo nuestra.
Besos
El dilema estará en atravesar el mismo puente y no uno distinto.
ResponderEliminarEl tiempo también es tan cabrón como la esperanza.
Besos.
Tienes razón, Blue, el tiempo es tan cabrón como la esperanza y a veces pasa que el tiempo nos juega una mala pasada y juega con nuestros tiempos.
EliminarBesos.
Yo siempre cruzo.
ResponderEliminarTodos los caminos llevan a Roma, menos los que llevan a Santiago de Compostela.
Y, si cruzamos es porque así tiene que ser.
Crúzalo cantando.
Estoy segura que si, Mará Jesús. que tú siempre los cruzas. Pero éste, al que que yo me refiero solo puede cruzarse cuando una está firmemente convencida y no siempre es posible hacerlo en cualquier momento.
EliminarY si, no sabes lo que aciertas con Santiago de Compostela. A veces creo que existen coincidencias mágicas.
Cantando o llorando, cuando creemos que es el momento, hay que hacerlo.
Un abrazo.
La decisión, la de cruzarlo, es nuestra ciertamente. El problema es que también puede ser un puente como el del río Kwai, al que no paraban de destruir cada vez que lo reconstruían. Bueno, no sé, creo que me perdí en mi propia analogía, jajaja.
ResponderEliminarBesos.
Y hay puentes que como en las películas de terror van desapareciendo según los cruzamos, por delante y por detrás y solo podemos ..... también me perdí. ;-)
EliminarUn beso.
A mi me queda un solo puente por cruzar y no me hace ni puñetera gracia, Suarez lo está cruzando... :(
ResponderEliminarBesos y salud
Ese, Genín, no lo elegimos y todos, sin saber cuando, lo pasaremos. Ël ya lo ha pasado. Descanse en Paz.
EliminarBesos
Mejor ese artificio que nos une... Un abrazo.
ResponderEliminarAunque a veces des-une.
EliminarUn beso
Puente sobre aguas turbulentas!
ResponderEliminarAguas siempre bravas
EliminarUn beso, Leovi
Hoy justo leía una frase que dijo alguien, un filósofo creo, que el camino de bajada es el mismo de subida y quizás un puente sea eso también y tantas otras cosas más.A veces pienso que un puente más que para cruzarlo muestra donde se está y donde no se está. Un beso
ResponderEliminarBueno, eso lo dijo Heráclito según recuerdo, o al menos eso dice la historia, ;). A mí me gusta lo que dices tú, de que el puente nos muestra dónde estamos, pero creo que una vez situadas, viene la decisión de cruzarlo o no.
ResponderEliminarUn beso, Fio
No tengo miedo a lo que puedo encontrar al final del puente, la verdad es que voy despistada mientras camino por él.
ResponderEliminarHaciendo fotos, mirando, pensando... (lo dicho, despistada)... que cuando me doy cuenta, ya lo he cruzado...
Para mejor, no lo sé... lo pruebo y si eso, vuelvo por donde he venido.... 😊
Paseitos que se da una...
Besos.