Mirarte con otra mirada, más frágil,
más suave,
liviana como la luz, precisa como no hay nada:
la de la piel al contacto.
Mirada que se traduce en una increíble armonía
dirigida por mis dedos y escrita sobre tu piel.
Acordes suaves, ondulantes,
como un escalofrío en una noche caliente,
que se suceden y ordenan
en una infinita progresión armónica,
repleta de sonidos mezclados con silencios
que hablan, casi más,
que los mas graves y agudos.
Timbres mágicos, llenos de color y altura,
que van guiando la melodía
en un constante in crescendo,
que se detiene y recrea buscando el mejor ritmo
hasta alcanzar, entonando,
todas tus notas musicales.
El roce y la piel.
La música.
Tu música.
Y verte.
La música.
Tu música.
Y verte.
Calor de verano.
ResponderEliminarVerano en la piel.
EliminarBesos, María Jesús.
Mas que calor de verano... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Más piel, más calor, más...
EliminarBesitos y salud, Genín.
En ocasiones la palabra dice mucho más que una imagen... Y viceversa. Cuando se combinan ambas, es tu caso aquí Carmela, el disfrute por lo publicado es doble.
ResponderEliminar...Y verte.
Un gran abrazo amiga.
Gracias, Ernesto. Y también me alegro de verte y de tu vuelta a tu casa, ;_)
EliminarUn abrazo.
Precioso poema y las fotos pura magia, total: belleza mágica!
ResponderEliminarBesos!
La magia del agua, de la luz y de la piel.
EliminarUn beso, Leovi.
El cielo en la piel.
ResponderEliminarY el beso en el mar.
Que hermosas tus palabras,Toro.
EliminarUn beso.
Todo así, sin estridencias, dulce, frágil y suave. Un beso
ResponderEliminarSi, frágil y suave. ;-)
EliminarUn beso, Fio.