Caen las hojas secas marcando el tiempo,
inevitablemente una tras otra,
y bajo los pasos, el borde justo
el mirador de la vida
el vértigo colgado de los dedos
y los pies firmes.
Y bajo la luz, nítida y clara, un expectante quizás aún
bajo el poderoso vuelo del cormorán
que a su paso deja
el beso puro y libre del aire.
Y el recuerdo, ahora amable, calado en los huesos
y la herida bajo la piel
que solo los dedos saben leer.
Y detrás vivida la vida
y delante la vida abierta
buscando en el asombro su propio hueco.
Los párpados siempre abiertos
oteando el horizonte
y mirando mar adentro.
La piel atenta, sensible al roce de la vida,
y apurando con pasión
la luz del día
y la fugacidad de la noche.
Y las manos, extendidas,
desplegadas siempre las velas
para surcar confiada
el infinito de los mares.
Para surcar confiada el infinito de los mares. Precioso.
ResponderEliminarEs la única manera, o al menos, la mejor.
EliminarMe alegra que te guste.
Un beso, Maria Jesús.
Maravillosa composición, me gusta, parecen las cicatrices de la vida!
ResponderEliminarBesos!
Las cicatrices bordadas bajo la piel, y el horizonte despejado :)
EliminarUn beso, Leovi.
Este poema, a mi, me suena como un canto a la libertad!
ResponderEliminarBesos y salud
Y tú sabes mucho...
EliminarBesitos y salud, Genín.
Hace tiempo que decidí olvidar la vida vivida.
ResponderEliminarAllí no queda nada.
Intento nacer cada día.
Besos.
Como digo, Y detrás la vida vivida y delante la vida abierta.... Hay que seguir. Aunque yo guardo cosas preciosas de la vida vivida, otras..... pero todas están.
EliminarBesos, Toro
"Y detrás vivida la vida
ResponderEliminary delante la vida abierta"...
Estos son los versos que más me gustan. Cristalinos como el agua.
Besos, Carmela.
Pues coincidimos, Blue. Para mí es el núcleo, y aunque lo haya escrito yo, me gusta mucho, jajaja
EliminarUn beso y me alegro mucho de verte.
Bicos!!!