1 de enero de 2017. Y está bien.

1 de enero de 2017. En realidad, un día más. Saldrá el sol, como todos los días, y al anochecer se volverá a recoger para descansar. Y así, día tras día. Y mientras lo veamos salir y ponerse estaremos viviendo nuestro “tiempo”. Y ese tiempo lo medimos. Y cada 365 amaneceres, marcamos un palito más en el cómputo del tiempo. Un año, lo llamamos, y está bien.

Mañana será el primer día de otro año más  y tenemos la costumbre de celebrarlo, de reunirnos y celebrar su entrada. Yo siempre lo he hecho, desde siempre y con mi familia, y también lo haré ésta noche, cenaremos y esperaremos con las uvas que suenen las campanadas, las 12 campanadas para festejar cada mes del nuevo año que comienza. Y está bien.

Los que me conocéis un poco más, sabéis que no ha sido un buen año para mí, demasiadas despedidas de seres queridos y una, especialmente muy dolorosa que, además es demasiado reciente. Dudé mucho de hacer o no esta noche la cena de fin de año, pero al final decidí que si, creo que debemos reunirnos, juntarnos como siempre en familia y desearnos un buen año, tanto por los que seguimos aquí midiendo nuestro propio tiempo, como por los que ya no estarán esta noche físicamente, pero que sí estarán, muy especialmente, en nuestro corazón. Sé que me resultará difícil y que habrá momentos en los que desfalleceré, pero creo que debemos hacerlo.

Y aunque pueda pareceros a algunos una cursilería (sí, así es, he descubierto que a la vejez me he vuelto cursi) y a otros, un decir por decir (lo que os aseguro que no es así), también quiero tomarme las uvas con vosotros, con cada uno de vosotros que formáis parte de esta pequeña casa, que para mí significa mucho. Este blog, y ya lo dije en otra ocasión, se convirtió para mí al poco de su andadura, en mi pequeña casa, mi pequeño lugar, mi habitación o mi espacio propio. En él me expreso y en él me siento bien. Aquí, a lo largo de estos años, he conocido a muchas personas maravillosas que, en mayor o menor medida como es lógico y natural, habéis aportado algo a mi vida. Algunos ya no están, aunque sigo recordándolos, y otros sois nuevos por estos parajes, pero cada uno de vosotros, sabiéndolo o no, me habéis aportado muchas cosas y me hacéis la vida mucho más hermosa

Así que ahí van, una uva por cada uno de vosotros. Sí ya lo sé, serán más de doce, pero me alegro por ello . Una uva y un beso para cada uno de vosotros. Y si alguien no se encuentra, que sepáis que soy muy golosa y mientras escribía me tomé ya bastantes uvas, (lo siento, te comí ya) pero igualmente va por cada uno de vosotros.

Os deseo lo mejor de lo mejor para este nuevo año que empezamos….... ya sabéis un palito más en el cómputo de nuestro propio tiempo. Chin Chin.