El pueblo de Valldemossa está situado en la parte occidental de la isla de Mallorca, sumergido en la hermosa Sierra de Tramontana.
Es un pueblo de casas de piedra con calles adoquinadas con aires medievales y pasear por ella nos transporta en el tiempo, en un precioso valle rodeado de montañas sobre las que destaca la impresionante silueta de la Real Cartuja, localizada en el centro del pueblo.
Sus agradables calles y plazas han servido de inspiración a grandes referentes de la música y de la literatura como Frédéric Chopin, Miguel de Unamuno, Rubén Darío o Azorín.
La Real
Cartuja fué en su origen (a principios del siglo XIV), un palacio que mandó construir para su hijo Sancho el Rey Jaime II, (primer monarca del Reino
de Mallorca). Más tarde, en el año 1399, este mismo palacio sería cedido a la Orden de los Cartujos por el
rey Martín I de Aragón, quienes transformaron el palacio y fundaron
la Real Cartuja. Y ya en 1835, la Cartuja
pasó a manos privadas y funcionó también como hospedería.
Aparte de su indudable belleza, Valldemossa es quizás uno de los pueblos más conocido de la isla debido a que el compositor polaco Frédéric Chopin y su amante, la escritora francesa George Sand, pasaron el invierno de 1838/9 en el pueblo, en concreto, estuvieron alojados en una celda de la Real Cartuja. Allí Chopin compuso algunas de sus obras.
En este pequeño pueblo apenas paramos para comer, pero pudimos ver además de sus callejuelas, su Plaza Mayor, con la majestuosa iglesia parroquial y El Calvario
Plaza Mayor |
Presidida por una imponente iglesia parroquial del siglo
XVII, la Plaza Mayor de Pollensa es uno de los principales escenarios del
pueblo, un espacio agradable ideal para disfrutar de un café en sus tranquilas
terrazas o bien sumergirse en el bullicio del mercado de los domingos.
Iglesia parroquial |
Desde la plaza donde comimos se iniciaba una subida de 365 escalones de piedra que llevan hasta la parte
superior, el Calvario La
subida hasta esta pequeña iglesia del siglo XVIII resulta agotadora, pero el esfuerzo tiene su
recompensa al llegar a la cima, ya que las vistas desde el templo resultan
espectaculares, (yo tengo que confesaros que no subí por los escalones, sino en coche)
Con una ubicación estratégica en el noreste de la isla,
Alcudia es la antigua capital de Mallorca, una vibrante localidad costera de
origen romano.
Entre sus murallas, que son las más antiguas de Mallorca, se encuentra el hermoso casco histórico, un lugar para perderse entre sus callejuelas (es lo que más me gustó de esta localidad, bueno, y que desde ella subimos al impresionante cabo de Formentor, para mí uno de los puntos mágicos e inolvidables de este viaje).
El Puerto de Alcudia (Port d’Alcúdia), es el puerto
comercial más grande de Mallorca y funciona como punto de conexión de la isla
con Menorca por medio del ferry.
Las imponentes Murallas Medievales de Alcudia son uno de los atractivos
principales de la ciudad, ésta se encuentra en un perfecto estado de
conservación y posee el encanto añadido
de esconder en su interior un centro histórico de gran belleza.
La situación estratégica de Alcudia exponía también a esta población a muchos peligros provenientes del mar. El Rey Jaime II ordenó construir estás magnificas murallas de defensa en el siglo XIV, por un perímetro de más de 1 kilómetro de longitud y 6 metros de altura.
Y nada que ver con estos pueblos que acabamos de ver, en el extremo suroriental de la isla, se encuentra un lugar que me resultó especialmente impresionante: "Cala Figuera", y aunque el tiempo seguía completamente encapotado con una luz totalmente gris (aunque por suerte sin llovernos), y no pudimos admirar la luz "tan especial de ese rincón", (aguas azules turquesas, rodeadas de un verde exuberante de sus higueras y un cielo azul, le dan un aire mágico a esta cala) lo que vi, y sentí, mereció la pena. Fué impresionante.
Cala Figuera es una localidad y pedanía perteneciente al municipio de Santañí, en la parte suroriental de
Mallorca,
La bahía de Cala Figuera tiene la forma de una Y-Griega. Caló d'En Boira y Caló d'En Busques son las dos entradas delimitadas por acantilados poco profundos. El pueblo, del mismo nombre, se encuentra en la rama izquierda de esa Y-Griega y muchas de las casas de pescadores tienen una terraza al lado del agua, bajo la cual se encuentra un garaje para los barcos, (eso me llamó especialmente la atención...el que los pescadores pudieran salir desde sus casa por el garaje a su propio barco!)
En Cala Figuera, la isla balear ha conservado su rostro original y aunque la mayoría de sus habitantes viven del turismo hoy en día, algunos todavía se dedican a la pesca.
Gracias por tanta belleza que nos regalas.
ResponderEliminarTodo el recorrido es una hermosura.
Me han dado ganas de quedarme en Cala Figuera.
Besos.
Gracias, Toro, me alegra que te haya gustado.
EliminarSabes, yo me hubiera quedado también en esa cala.
Un beso!!
Y yo nací en el Mediterráneooo 🎼🎝🎝 cantaba Serrat, pero yo más 😂😂
ResponderEliminarPetonet !
jajajajaja un besote y un petonet!!
Eliminar¡Que cosas! De Cádiz vendrán que te enseñarán la Mallorca donde viviste de niño... :)))))))
ResponderEliminarYa las olas de Cala Figuera, impresionante cala y olas, te situaron en tu ambiente natural. Captadora oficial de olas sin par.
Entre otras mil secuencias de la vida.
Ese abrazo imperceptible, ¡encantador! Otro de igual intensidad! :)))))
Bueno, jajajaja, seguro que si tú vienes por aquí, me enseñarías lugares que desconozco :))
ResponderEliminarLa Cala Figuera es una maravilla, me encantó.
Abrazo grande, éste con ruído jajajaja.
Espectaculares tus fotos, Carmela:
ResponderEliminarGracias por compartir tanta belleza.
Un beso grande
Gracias a ti por pasear conmigo, Ana.
EliminarUn beso.
¡ Que bellezas, todas me gustan ! Besos.
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