Melody Gardot:Once I Was Loved
A veces lo único que anhelamos es tan simple, tan básico, como querer sentir el aleteo de una mariposa en la mejilla. Simple y llanamente, sin más y sin un por qué. Sentirlo, cerrar los ojos y guardarlo en nuestro cofre de pequeños grande tesoros.
Tan simple y tan grande. Tan hermoso. Tan escaso.
La felicidad, esa entelequia, está hecha de instantes simples, aparentemente anodinos
ResponderEliminarUn abrazo
Así lo creo, Albada. Un conjunto de instantes simples :)))
EliminarUn beso.
Regra geral somos nós, seres humanos, que complicamos as coisas simples.
ResponderEliminarFeliz domingo
Es cierto Rykardo, nosotros solitos los complicamos.
EliminarUn beso.
Una simple caricia, poder contener todas las emociones imaginables.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y que bien sabe, verdad!
EliminarUn abrazo Alfred.
Lo más hermoso suele ser simple, directo, de corazón.
ResponderEliminarBesos.
Simple, directo y de corazón... así lo creo Toro.
EliminarUn beso.
Vaya por Dios !!
ResponderEliminarHabrá que conformarse, aunque sinceramente, me gustan más esas mariposillas de las que, al menos antes, solían hablar en las novelas románticas cuando el protagonista encendido de pasión hablaba de mariposas en el vientre (eufemismo mal localizado, pues todos entendemos que se trata de un poco más abajo del vientre).
Ay !... que hermosa es la quieta superficie del lago de la aburrida vida del anciano prematuro.
Jej jej je...
jajajaja sabes Noxeus, todo empieza en la mejilla jajajaja.
EliminarMientras exista una neurona que funcione la quietud del lago solo es aparente :))
Un beso, y mariposas.
Lo más simple es lo más bello... solo que no lo vemos. Me encanta lo que describes, Carmela.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz día ♥
Solo si miramos con el corazón desprovisto de prejuicios y tapujos...
EliminarGracias Auro.
Un beso grande.
Tanto ese aleteo como tu reflexión tiene el encanto de lo sencillo.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmela.
Hola NiNo y disculpa el retraso, pero blogger me jugó una mala pasada con varios comentarios que envió a spam.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un beso.
Hay instantes que son la sal de la vida, pequeños detalles que pasan a veces sin darle esa importancia que después cuando lo recordamos vemos que ha merecido la pena. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarY que sabrosa sabe la vida con esos toques de sal :))
EliminarUn beso, Campirela.
Si, a veces es una inutilidad darle vueltas a ciertos asuntos.
ResponderEliminarEsa mujer me encanta.
Besos
A mí también :))
EliminarUn beso, Erik
¡¡¡Cómo lo sabes!!!
ResponderEliminarAl igual que tú!!
EliminarBesos, Tracy.
Tan simple y tan cierto.
ResponderEliminarBesos.
Y tan difícil, verdad!
EliminarUn besote.
Es lo que tiene la simpleza, que sin artilugios nos acaricia profundamente. Como tus letras, la fotografía y la música.
ResponderEliminarBesos dulces y dulce semana Carmela.
Gracias, Dulce.
EliminarUn beso!!
Maravilhoso. Adorei a publicação :)
ResponderEliminar-
Recebam com carinho ...
Beijos, e um excelente Domingo.
Aprovecho para felicitarte, de nuevo, por tus 9 años de Blog, Cidália.
EliminarBesos.
Un párrafo maravilloso,que nos hace sentir esa sencillez de lo cotidiano,del amor y del color que destella en tu blog!
ResponderEliminarUn besito Carmela!
Muchas gracias Lunaroja :))
EliminarUn beso grande.
Lo simple requiere, muchas veces,. de una abstracción compleja, evitar muchos puntos hasta encontrar la línea recta que nos acaricie llevándonos al edén.
ResponderEliminarEs cierto, Ilduara, pero que hermoso cuando se alcanza.
EliminarBesosss
Tan inolvidable... como ese verso, Carmela: "el aleteo de una mariposa en la mejilla..." Un perfecto haiku, amiga. Así salen, directo, luego silabeás y te das cuenta: 17 sílabas en 3 versos. Te felicito. De corazón!!
ResponderEliminarAbrazo hasta vos!!
Pues ni me fijé jajajaja pero gracias, Carlos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Eso que consideramos simple suele ser lo más gratificante.
ResponderEliminarY tu escrito es precisamente eso: el aleteo de una mariposa en la mejilla.
Bello.
Besitos, preciosa.
Muchas gracias, Prozac :))))
EliminarUn beso grande.
La belleza de lo simple magníficamente captado querida Carmela.
ResponderEliminarGracias.
Muchas gracias, Maripaz.
EliminarBesitos.
Ahí está la belleza y la felicidad. En esas pequeñas cosas que muchas veces no disfrutamos por haberlas incorporado a la rutina.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y qué cierto lo que dices, Chema. Huyamos de la rutina :))
EliminarBesos.
Bella reflexion en las cosas sencillas están los mayores placeres. Te mando un beso. Enamorada de las letras
ResponderEliminarJ.P. Alexander, disculpame por el retraso, blogger me hizo faenas con el spam en varias entradas.
EliminarAsí lo creo yo también :))
Besos.
Es cierto,nos empeñamos siempre en buscar lo difícil lo complicado,sin darnos cuenta que en lo sencillo está la esencia.
ResponderEliminarBonita y poética reflexión.
Un abrazo
A veces deberíamos volver a la simpleza de los niños, verdad??
EliminarUn beso grande, Agapxis.
Gostei muito Carmela.
ResponderEliminarUm delicioso texto poético!
Un beso para ti...
Muchas gracias, Albino.
EliminarBesos.
Carmela... tus letras reflejan la humildad de los corazones gigantes y la sabiduría de aquellas almas brillantes que aprendieron que “dichoso” no es aquel que más tiene… sino, es aquel que menos cosas necesita para ser feliz.
ResponderEliminarPor ello, bienaventurados los que (como tú), saben disfrutar de las cosas simples de la vida (como el aleteo de una mariposa), porque siempre hallarás una razón (o un pretexto) para ser feliz y hacer felices a los que te rodean.
Gracias por este texto tan bonito que has publicado y gracias por este momento de grata satisfacción.
Hola Juan Carlos!! cuanto tiempo sin saber de ti. Me alegra mucho verte de nuevo. Y gracias, como ser, como siempre, tan generoso con tus palabras. Buscar y encontrar esa razón o pretexto para ser feliz y hacer feliz a los que nos rodean es la verdadera felicidad. Lo demás, sobra.
EliminarUn beso grande.
Sigo creyendo en la simpleza de las cosas Carmela. Hermoso tu escrito....
ResponderEliminarY ojalá no lo pierdas nunca. Aunque no creo que lo hagas :))
EliminarUn beso, Demian.
Siempre tan lindo. Besos.
ResponderEliminarPude recuperarte Teresa.
EliminarBesitos.
El efecto mariposa posibilita la poesía cuántica.
ResponderEliminarBss
Lo recuperé aunque un poco tarde.
EliminarBesos, Luís.
Vaya... creí haber dejado un comentario... algo hice mal... decía algo así como: "El efecto mariposa posibilita la poesía cuántica." Bss
ResponderEliminarSiento que no apareciera, pero últimamente blogger, hace trastadas. A mí también me está pasando al comentar en otros blogs.
EliminarEl efecto mariposa nos traslada a otros mundos :))
Un beso, Luis.
A falta de mariposas, ¿podría servir el aleteo de mis pestañas?... jajajajjajajja... Disculpa la carcajada, pero es que he "vislumbrado" tu cara al leer esto y...
ResponderEliminarEn fin amiga, mañana de sábado algo silenciosa. Hasta que al mediodía salga a tomar unos "finos" por el Cádiz vasco.
Gran abrazo Carmela. Y cuídate durante esos meses prescritos. Chao.
Espero que esos finos vascos estuvieran fresquitos, jajajaja
EliminarMe cuidaré, no me queda otra :))
Un abrazo, Ernesto.
Las cosas mas insignificantes son las que tienen mayor magia.
ResponderEliminarBesitos 🌹
Ayyyyyy que te tenía en spam!!!! No me hubiera perdonado no haberme dado cuenta.
EliminarMuchos besitos
Creo que te había escrito un comentario. Besos.
ResponderEliminarÚltimamente ocurre a menudo, Teresa. Lo siento.
EliminarGracias por volver.
Besos.
Hay mucha belleza en este pequeño texto de prosa poética, Carmela. Instantes robados a la vida que merecen ser recordados.
ResponderEliminarUn beso
Me alegra que lo sientas así Ana.
EliminarMuchos besos.