Simple belleza

Al final siempre ganan, las mismas ganas y el asombro que, se anudan y abrazan, en el hueco preciso.
Desde muy adentro amaneces, desde el mismo fondo de tu aliento. Y porque yo sentí el calor de tus suspiros en lo más profundo del deseo, sé que existe ese lugar desde el que surges infinita,  como un grito de luz que amanece siempre y con la ferocidad de quien busca el deshielo del hielo. Y sé que lo haces en el tiempo sin tiempo, desbordando tu momento y siempre de atrás hacia delante. Y es por eso que, deslizo mis dedos sobre el manto infinito dibujando el lugar exacto para no perderlo, para no perderte, para no perderme. Y luego, ya podrás amanecer. Y lo harás cómo lo haces siempre, con esas ganas inmensas de hacerte sonido en el mismo silencio, convertida en el acorde de los latidos del viento o como el agua inmensa que, imparable, rebosa desde las cuencas de tus entrañas creciendo océano y cubriendo la tierra.
Porque si hay algo que amo hasta la misma médula es la simple belleza que la vida encierra en cada pequeño gesto, en cada pequeño instante.

 Frederic Francois Chopin: Joie De Vivre