Y llega un momento en que el silencio deja de ser caricia y se vuelve negro. A tu alrededor solo existe un color y huele a herrumbre, a oxido viejo. Y cuando hasta el aire asfixia, solo te queda sumergirte en sus aguas y hacerte una con su azul intenso, para sentirte gota que acaricie la arena o luz que viaje en la cresta de sus olas.
Einaudi; I Giorni
Herrumbre y mar forjan sueños de piel que marcan a hierro candente lo que no se quiere olvidar.
ResponderEliminarUn beso.
Cómo siempre, Ilduara, tus comentarios son poesía, gracias por pasarte siempre.
EliminarUn beso.
Magníficas imágenes tanto literarias, como fotográficas.
ResponderEliminarGracias, Tracy, me alegro mucho de verte.
EliminarUn beso
El agua purifica, y aún con ese sentido en las palabras que acompañan a la primera fotografía, debo decir que me gusta mucho como fotografía. Y la música se acomoda a ambos escenarios.
ResponderEliminarBesos dulces Carmela y dulce fin de semana.
Es cierto, Dulce, el agua purifica y lo hace siempre. Me alegrea de que te guste la fotografía y me alegro de verte.
EliminarUn beso.
Wonderful text,
ResponderEliminarwith meaning and photos!
The grandeur of nature upon humanity and the human body!
Thanks, Katerinas. I'm glad you liked the post, and as you say, nature is always wonderful.
EliminarKisses.
Hola Carmela.
ResponderEliminarPues aquí se agradece que tras el largo silencio habido, las caricias de tus letras vuelvan a sentirse...
Amiga, bienvenida!
Abrazos.
Hola Ernesto.
EliminarY a mí me sientan muy bien tus palabras, en realidad son caricias :))
Un abrazo y gracias!
Es que es lo que somos; una minúscula gota en inmenso océano. Mis dudas llegan cuando pienso si realmente hay que sumergirse, cabalgar sobre crestas de olas fuertes o plácidas, o si es mucho mejor, dejarse llevar, sabedor (sabedores) de la enorme fuerza de ese océano. Me alegra ver tus fotos y leer tus letras.
ResponderEliminarHola Ricard, yo también me alegro de volver y sobretodo que te alegre mi vuelta, gracias. Y yo creo que, sea como sea, lo importante es sentirse parte de ese mar.
EliminarUn beso.
Bienvenido ese azul que, en lo que a mí respecta, es sinónimo de vida.
ResponderEliminarTus palabras y tus bellas fotografías, son la medicina necesaria, para los que estamos maniatados de achaques.
Gracias.
Gracias a tí, Juan, por pasarte y por tus palabras tan cariñosas como siempre. Y entiendo lo que sientes al ver el mar, para mí también es medicina y la necesitaba.
EliminarUn beso muy grande.
Qué alegría volver a disfrutar tu presencia, tus imágenes y tus textos!
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias, Lunaroja, parea mí es reconfortarte ver que seguís ahí a pesar de mi ausencia.
EliminarUn beso grande.
Esos rayos de sol entre las nubes resulta espectaculares en tu fotografía.
ResponderEliminarLlevas tiempo desaparecida y ahora te luces con esta muy buena entrada.
Un abrazo.
Muchas gracias, Antonia, me alegra que te gusten las fotografías y verte de nuevo.
EliminarUn beso.
Te superas, Carmela. La primera, sobre todo, es impresionante.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Chema, y yo me alegro mucho de verte.
EliminarUn beso.
Vuelve de nuevo el olorcito a sal.
ResponderEliminarSalud.
me sacaste una sonrisa, Erik.
EliminarUn beso
Espectacular la primera y de un azul q transmite mucha paz la segunda ...Llega un momento mi querida CARMELA q después de ese momento de asfixia vuelve a circular el aire ...parece q ese instante tarda más de lo q podemos soportar , pero siempre llega ..deseo de corazón q respires y te encuentres tan maravillosamente bien como tus imágenes , un besazo ...qué bien q nunca te vas del todo !
ResponderEliminarMe alegra que te gusten las fotografías, María. Aún no llega esa bocanada de aire fresco, pero sé que antes o después llegará, gracias por tus buenos deseos :))
EliminarY eso espero, poder volver siempre, antes o después.
Un besazo.
Pues me ha sabido deliciosa está publicación. Imágenes y texto. Te felicito!
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Muchas gracias, Sara.
EliminarUn beso.