Tus olas son siempre un buen refugio, y más aún con estos calores sofocantes. Tus palabras de hoy me encantan, tan sensuales y entregadas. Un beso bien grandote, Carmela.
Gracias, María, por tus hermosas palabras. A veces pienso que pueden resultaros repetidas y me alegra saber que te siguen gustando. Cada una es, al menos para mí, diferente, y todas tienen su propia voz.
¡Uy, que caló! :)
ResponderEliminarBesos y salud
jajaja, si que lo hace, Genín, y muchooooo.
EliminarBesitos y abrazos.
ResponderEliminarAy ese rumor y su huracán, :)
ay que bonita el agua¡¡
Cariños, Carmela
m.
Los rumores in crescendo¡¡ hasta estallar en espuma ;-)
EliminarCariños, Ío.
Maravillosas, vienen bien estas fotos tan refrescantes!
ResponderEliminarbesos!
Un refresco para estos días caluroso, Leovi.
EliminarUn beso.
Ufff.
ResponderEliminar¿Qué te pasa a ti, María Jesús?? ;-)
EliminarUn abrazo.
Tus olas son siempre un buen refugio, y más aún con estos calores sofocantes.
ResponderEliminarTus palabras de hoy me encantan, tan sensuales y entregadas.
Un beso bien grandote, Carmela.
Isa, me alegré tanto de ver que ya vas apareciendo por tu casa, ;-)
EliminarEsas olas se merecen mis palabras, no?
Un beso igual de grandote, Isabel.
Asombra y nos deja boquiabiertos...
ResponderEliminarY dispuestos a recibirla en nuestras bocas, no?
EliminarUn abrazo, Darío
Pura naturaleza. Un beso
ResponderEliminarLa naturaleza y la vida, todo uno.
EliminarUn abrazo, uruguaya.
Esas olas tienen hambre.
ResponderEliminarBesos.
Muchaaaaa
EliminarUn beso, Toro.
Nunca me cansaré de contemplar tus olas, una renovación muda que mueve el alma, un lenguaje escondido en la cresta que te llama.
ResponderEliminarBesos
Gracias, María, por tus hermosas palabras. A veces pienso que pueden resultaros repetidas y me alegra saber que te siguen gustando. Cada una es, al menos para mí, diferente, y todas tienen su propia voz.
ResponderEliminarUn gran abrazo¡¡