Cuando llegaste llovía y era de noche
-¿te acuerdas?-
No fuiste un trueno, pero algo predecía la tormenta.
Tampoco hubo rayos ni sonidos extraños,
en realidad, al poco,
ya todo era calma y silencio en la noche
y es más, dijiste: tranquila, no pasa nada.
Por qué entonces, desde aquella noche,
sentía que los días no volvían a amanecer como antes
y anhelaba la lluvia
y los rayos
y, también, las tormentas.
Desde mi ventana, hoy, miro tu ausencia en la noche
y en el centro de ese hueco,
mi reflejo, y su verdad, me responden las preguntas
qué de verdad importan.
Y regreso al lugar donde la noche es noche,
la lluvia es agua
y las tormentas existen, pero siempre pasan.
Y miro, de nuevo, la noche
y es, durante un infinito instante, la imagen perfecta
y la guardo en mis ojos,
para siempre.
Una noche de tormenta es el marco idóneo para dormirse en un abrazo cálido, largo...
ResponderEliminar:))
Es cierto, Pat, una noche tormentosa con la persona adecuada puede saber a gloria. Lo malo es, cuando es la noche con esa persona la que desata una tormenta interior, que no lleva ni rayos, ni truenos ni lluvia....pero mis, Yo misma me entiendo, como dice la etiqueta, a menudo solo yo los entiendo :)))
EliminarBesos muchos, Pat.
Noche perfecta, me encanta.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Alcanzar ese instante infinito de la noche perfecta, es hermoso, Irma.
EliminarBesos.
Una noche perfecta para cobijarse en los brazos deseados.
ResponderEliminarEsas noches deberían abundar, verdad?
EliminarBesos, Tracy
El poema es estupendo.
ResponderEliminarTu mirada ilumina la noche, la embellece y nos la regalas.
Gracias.
Besos.
Me alegra que te guste, Toro, a veces pienso que mis yo misma me entiendo, son un poco peso duro para el gusto de muchos..
EliminarGracias por ver mi mirada de esa manera, así que gracias a ti.
Besos
Cuando la tormenta no es tormento y el Rayo que no cesa cicatriza el costado de Miguel, abrazo la noche.
ResponderEliminarP.D. Miguel...Hernández
Bss
Hiciste bien en ponerme la P.D. Tuve que buscar pero lo encontré. Mis conocimientos de Miguel Hernández, tengo que confesarte que no son demasiados, mea culpa, sí señor, no hace tanto que empecé a leer poesía. En realidad esa afición se despertó al poco de abrir el blog.
EliminarEsperemos que esa cicatriz no sea como la de Miguel Hernández, porque sino, no son muy buenas perspectivas :))
Un beso.
Todo el poema es una delicia, pero los últimos versos son magistrales!
ResponderEliminarBesitos y buena semana tengas.
Me alegra que te guste, Ani!!
Eliminarpensaba que estabas fuera, no me llegan tus actualizaciones, tengo que ver...
Besitos
ResponderEliminarEs maravilloso cuando dejamos que nuestras imágenes "viajen" escuchando la lluvia que cae afuera.
Sencillo, maravilloso, poético.
.
Una buena semana
abrazo
Siempre me ha gustado escuchar la lluvia detrás de unos buenos cristales, cobijada de ella pero disfrutándola.
EliminarUn beso!
Carmela...uma tempestade de paixão e desejo,
ResponderEliminarem delírios de fogo e sal
num vai-vem de prazer entre as ondas!...
Beijos.
A.S.
Uma tempestade que desta vez não tem ondas, mas é uma tempestade :))
EliminarUm beijo
"Y regreso al lugar donde la noche es noche,
ResponderEliminarla lluvia es agua
y las tormentas existen..." al lugar donde no hay engaño. Precioso también tu final.
Un abrazo
Es el mejor lugar, el único lugar donde deberíamos estar, sin engaño :))
EliminarBesos, Loles
No hay tormenta que asuste en los brazos de nadie...
ResponderEliminarUn beso y bellas tus palabras, tu tormenta.
Es cierto, Mag, cuando se está a buen recaudo, y acompañada, no dan miedo las tormentas.
EliminarUn beso
Aludes en soledad y con nostalgia a esa detección del hecho poético "durante un infinito instante" y "para siempre."
ResponderEliminarAbrazo más que grande.
Me leíste bien, Carlos, como siempre.
EliminarBesos!!
Ese cobijo en los brazos de la persona amada, es la mejor manera de afrontar las tormentas! Y ese toque de nostalgia y soledad,lo hace impecable.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Un beso grande!
Estoy de acuerdo contigo, en que un buen cobijo, ayuda y mucho, lunaroja :))
EliminarMe alegra que te guste.
Besos.
Adoro la noche y tu poema me ha cautivado, Carmela... veo esa ocuridad que abraza y esos ojos oscuros que traspasan. Precioso todo.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y muy feliz día ♥
Me gusta como lo ves, Auro :))
EliminarMuchos besos para ti.
En la noche estoy en mi elemento. Todo es más a flor de piel. Todo se amplifica.
ResponderEliminarEn fin ya falta menos para que llegue la de hoy.
Besos
Sé que te gusta la noche, Erik, y sí, creo que es cierto eso de que todo se amplifica. Esperemos que todo sea bueno, no?
EliminarBesos
A mi me gustan las personas que son capac es de formar tormentas en otras. Esas que escacharran las rutinas establecidas.
ResponderEliminarAñaden vida. De la que vale la pena vivir.
Bueno, la rutina, es algo que no soporto en mi vida. Y si esas tormentas son positivas, bienvenidas sean. La vida, siempre merece la pena vivirla, solo tenemos que saber elegir lo que merece la pena, no?
EliminarUn beso, guille.
Se acerca la noche y estalla la tormenta y la mirada que da vida permanecerá para siempre.
ResponderEliminarPrecioso poema, Carmela. Tus poemas son una oración de belleza al amor.
Un beso.
Hay tormentas que siempre permanecerán en nuestro interior, Ilduara.
EliminarMe alegra que te guste, aunque creo que me lees con demasiados buenos ojos, pero te lo agradezco.
Beso grande.
La lluvia de noche es mágica, te arrulla mientras duermes.
ResponderEliminarBesos.
Si que me gusta, Devoradora de libros.
EliminarBesos
Hermoso poema.
ResponderEliminarBesos.
Me alegra que te guste, Alfred.
EliminarUn abrazo
Me gustan las tormentas. Algo, mucho, se mueve en ellas. Tienen luz, tienen agua, tienen sonido y luego silencio... Son como darle un revolcón a la vida.
ResponderEliminarBesos
Ya, alguna vez, me dijiste que te gustan, Alís. Y si, remueven y mucho la vida. Y un buen revolcón, a menudo se agradece, no? jajaja
EliminarBesos, Alís.
Una preciosidad.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Macondo.
EliminarUn beso!
Eso es evocación y la nostalgia tiene mucho de ella. La música también invita a ese paisaje que proponen tus versos. Gracias por tus saludos en cada blog en que coincidimos y en el mío.
ResponderEliminarBesos dulces Carmela.
Creo que tienes razón, Dulce, aunque no lo había pensado, la nostalgia realmente prende de la evocación. De nada, solo quise que te llegara mu Felicitación.
EliminarUn beso, Dulce.
Es un bonito poema, donde la ausencia se deja sentir más en la anoche.
ResponderEliminarUn abrazo, y por un día genial para ti
En la noche todo cobra mas presencia, incluso la ausencia.
EliminarUn beso, Albada.
Noche de tormenta en el alma......... Saludos amiga.
ResponderEliminarLeíste bien, Sandra :))
EliminarBesos.
Sentí la tormenta Carmela. Besos.
ResponderEliminar:)))
EliminarUn beso, Teresa.
Un instante que se guarda en tu retina y memoria para siempre.
ResponderEliminarHermosas tus palabras llenas de magia.
Un abrazo Carmela, se feliz
Es cierto, Jorge, ahí queda bien guardado.
EliminarGracias, Jorge.
Un abrazo
Adoro las noches de tormenta... bueno, y los días. Soy algo raruna.
ResponderEliminarTambién a mi me gustan las tormentas
EliminarSomos dos rarunas :))
Ciertas noches nos llevan al recuerdo y es cuando la ausencia, es más presencia.
ResponderEliminarBellísimo poema.
Abrazo, Carmela.
Qué belleza, Carmela:
ResponderEliminarNos deleita una vez más con tus versos.
Un beso enorme